miércoles, 30 de marzo de 2011

No era un domingo cualquiera (Crónica concierto)

No era un gris domingo cualquiera el del 27 de marzo, pues FNAC La Gavia daba la bienvenida en su foro a Pedro de Mingo y su banda, que puntual a las 18:30 horas abría la puerta de un “Cuarto Sin Ventana” a una audiencia que fue creciendo conforme pasaban los minutos y se sucedían los temas de No Hay Drama, esa ecléctica criatura sonora que Pedro elaboró en París con ayuda de sus amigos Julio Olmos y Daniel Espinosa. Durante 45 minutos, y con un sonido excepcional para tratarse de un recinto de estas características, se pudieron escuchar en acústico una decena de temas del primer plástico, entre los que destacaron una sobresaliente interpretación de “El trago”, ese hopperiano lienzo hecho canción, y “Miedo a perderla”, un tema que crece en directo gracias a la complicidad que logra entre los músicos y un público que no duda en ser partícipe de él cuando Pedro lo requiere.

Terminado el concierto, me entero que por la noche actúan en el recientemente reinaugurado Sgt. Pepper´s Club Café de Getafe -“No lo hemos anunciado ni
ellos ni nosotros y vamos a tocar a pelo e improvisando”- me contaba un satisfecho Pedro que dejaba por unos minutos descansar su guitarra.

Bien entrada la tarde, la primavera tejió en todo Madrid una lluvia que moteó las aceras -Me dijeron que acá había mucho sol. Llevo seis días y no he visto más que nubes y lluvia- afirmaba entre risas Daniel. En el interior del pub, las barras nos saludaron con la resacosa soledad de un domingo que contrastaba con la alegría de los dueños, complacidos por inaugurar con Pedro de Mingo y los Compaes una nueva etapa de este local. Ángel Calvo, el bajista, sorprendió al llegar con un minúsculo amplificador -No os engañéis, ya veréis cómo suena- advertía a varios pares de ojos escépticos. Ricardo Jarabo, el percusionista que acompaña a Pedro en España y que había estado entre el público horas antes, apareció con su cajón flamenco y tomo posición junto al cajón peruano de Daniel. Con la banda ya al completo, pocos minutos después de las 22:00 horas y ante una docena de curiosos, los músicos empezaron a desgranar todas las canciones del primer disco excepto la que tocaran en primer lugar horas antes en La Gavia vallecana. Damas y caballeros de amplio bagaje, más participativos que los asistentes más jóvenes, no dudaron en sumar una experiencia más a su memoria y arrancarse bailes compartidos en la pasional “Candela”, la desvergonzada “Swing manouche”, la festiva “Cabaret Madriz” y la golfa “Piropos con arte”. El espacio y el aforo contribuyeron a crear una atmósfera cercana en una actuación durante la que Daniel y Pedro recordaron anécdotas sobre la grabación del álbum -De París no sólo vienen los bebés, también este disco que hemos venido a presentaros- declaraba Pedro, siempre orgulloso de su vástago sonoro. Hubo dos regalos en forma de canción: “La chica de la Polaroid”, tema de reciente composición que fue tocada por primera vez, y “Aposté por ti”, bella canción sobre un amor a una carta que, según descubrió Pedro al presentarla, rescatarán en el futuro segundo disco. Pasada la hora de actuación, Daniel con su grave y potente voz improvisó las palabras de un blues del que coro fueron las carcajadas de todos los presentes. Hubo tiempo para más improvisaciones, con Pedro y Daniel cantando a dos voces otro blues, múltiples intercambios de instrumentos entre todos los músicos e incluso un espectador que se animó a tocar el bajo de cinco cuerdas de Ángel Calvo, un experimentado y solvente bajista que en presencia escénica recuerda a aquellos inolvidables Clash que empezaron llamando a Londres y después al mundo entero. Destacó un intenso duelo de cajón peruano contra cajón flamenco, dos instrumentos cercanos, como ilustró Daniel exponiendo conciso la historia de las tablas de madera a las que aquella noche daba vida, coloreados por dos dispares instrumentistas que se mostraron perfectamente compatibles: Daniel, peruano, bebe del rock del mismo modo que de ritmos latinos; Ricardo, español, se nutre más del funk y el hip hop. La medianoche asomaba cuando una pareja recién llegada se acercó tímida hacia unos músicos que estaban a punto de dar por concluida la actuación -Ya que acabáis de llegar, no os vamos a dejar sin escucharnos. Tres canciones más y nos vamos- espetaba Pedro a la pareja. Esas tres canciones fueron un bis de “Swing manouche”, “Candela” y “Piropos con arte”, seguidas de un ineludible “Cabaret Madriz” como colofón final a más de dos horas.

A las 00:15 horas, la música cedió protagonismo a las conversaciones de todos con todos, la sidra, el Jack Daniel´s y una pared firmada, testigo mudo de la sensación en algunos de haber presenciado un notable capítulo del inicio de una historia de la que aún quedan muchas páginas por escribirse: ¿quién se anima a ser parte de la siguiente?

Félix A. de Molina

2 comentarios:

lauramg dijo...

¡Muy rico el concierto en la FNAC si señor!

Alberto González dijo...

Laura es Alberto Xd.
¡Enhorabuena!